Kate Middleton y el príncipe Guillermo han decidido no asistir a las celebraciones navideñas con la familia real británica, optando por pasar las festividades en Escocia, donde priorizan su bienestar y el de su familia.
Esta decisión ha sorprendido y causado decepción en Buckingham Palace, especialmente debido a la grave situación de salud que atraviesan el rey Carlos III y Camilla Parker Bowles.
La familia real esperaba contar con la presencia de los príncipes de Gales en un momento tan delicado, ya que la salud de los monarcas ha generado gran preocupación y se teme que esta podría ser la última Navidad con la familia unida.
Aunque siempre fue parte de los planes de Kate y Guillermo pasar la Navidad en Escocia, su decisión de no asistir a las celebraciones en Londres ha sido vista como una priorización de su bienestar familiar sobre las expectativas tradicionales de la monarquía.
Este gesto ha sido interpretado por algunos como una muestra de la importancia que la pareja le da a su propia unidad familiar y su privacidad, en contraste con las exigencias públicas a las que históricamente la familia real está sujeta.
La falta de su presencia en Buckingham ha añadido un toque de tristeza a unas festividades que ya se ven marcadas por la incertidumbre sobre la salud de los Reyes.
La decisión de los príncipes ha provocado una sensación de vacío dentro de la familia real, que esperaba su apoyo y cercanía en un periodo tan crítico para los monarcas.