A sus 71 años, Angélica Aragón revela los secretos de su vida y carrera, compartiendo reflexiones sobre una trayectoria marcada por sacrificios, viajes, y una firme dedicación a la actuación. Hija del músico y actor José Ángel Espinosa, conocido como “Ferrusquilla”, Aragón creció en un ambiente de cultura y arte que, si bien la enriqueció, también la expuso a desafíos personales. Desde temprana edad, el divorcio de sus padres y el apoyo inquebrantable de su padre influyeron profundamente en su vida, llevándola a descubrir su pasión en el teatro tras un encuentro inesperado con el actor Juan Ribot. Aunque inicialmente soñaba con ser doctora, Angélica pronto sintió que su destino estaba sobre las tablas.

Angélica Aragón - IMDb

El carácter de Angélica fue moldeado no solo por su familia, sino también por las experiencias que vivió en momentos históricos de México. Su abuela y Doña Lupe fueron figuras clave que la inspiraron a superar los obstáculos en su vida personal y profesional, y con los años, Angélica decidió perfeccionar su arte mudándose a Inglaterra para estudiar teatro y danza. En este país, lejos de los reflectores, enfrentó la realidad de trabajar en múltiples empleos para mantenerse, demostrando una perseverancia que la define hasta hoy.

India fue otro de los destinos que marcaron profundamente a Aragón, ya que su matrimonio con Shahid la llevó a explorar y adoptar tradiciones y perspectivas distintas. Aprendió sobre las costumbres y tradiciones hindúes, e incluso dominó el idioma bengalí, un logro que reflejó su capacidad de adaptación y su apertura hacia nuevas culturas. Esta vivencia también la conectó con el teatro tradicional katakali, una experiencia que desafió barreras de género y la ayudó a redefinir su relación con el arte y con el mundo.

A los 71 años, Angélica Aragón Finalmente admite lo que todos sospechábamos

A lo largo de su carrera, Angélica brilló en el cine y la televisión. Sin embargo, en los últimos años ha optado por alejarse de las telenovelas, cansada de la repetición de historias en el género y en búsqueda de proyectos que exploren temáticas más significativas y realistas. Uno de sus mayores éxitos en televisión fue “Vivir un poco” en 1985, una telenovela que la catapultó a la fama y la estableció como una de las grandes actrices mexicanas. No obstante, el cine siempre fue su verdadera pasión, y su participación en películas como *Novia que te vea* y *El crimen del padre Amaro* le valió varios premios Ariel, el mayor reconocimiento en el cine mexicano.

Su papel en la famosa serie *Mirada de mujer* en 1997 consolidó su estatus como una de las actrices más queridas de México, aunque sus opiniones sinceras sobre la industria y su fuerte carácter le han generado críticas y le han dificultado las relaciones laborales. Aun así, Aragón sigue siendo valorada por sus fans y es reconocida por su talento, su autenticidad y su compromiso con la representación digna de las mujeres en la pantalla. A lo largo de su vida, Angélica ha mantenido una relación de profundo amor y respeto con su padre, Ferrusquilla, cuyas enseñanzas de responsabilidad e independencia han sido fundamentales en su vida y las ha transmitido también a su propia hija.

Angélica Aragón rinde tributo a su padre | El Informador

Hoy en día, Angélica Aragón sigue siendo una defensora de los valores feministas y ha expresado su frustración por la falta de historias significativas en las telenovelas, abogando por cambios en la industria que respeten a las mujeres y ofrezcan modelos positivos. La vida de Aragón no ha sido fácil, marcada tanto por éxitos como por duras pérdidas, como la muerte de su hermana Vindya. A pesar de todo, su pasión por el arte y su inquebrantable voluntad la mantienen como una de las figuras más respetadas y queridas del entretenimiento mexicano.