La historia de la paternidad del príncipe Harry ha sido una de las teorías conspirativas más persistentes que rodean a la familia real británica. A lo largo de los años, los rumores sobre una posible relación entre Diana, princesa de Gales, y James Hewitt han alimentado las especulaciones sobre si él podría ser el padre biológico de Harry, principalmente debido a ciertas similitudes físicas. Sin embargo, tanto Hewitt como el exguardaespaldas de Diana, Ken Wharfe, han negado constantemente estas afirmaciones. Wharfe incluso argumentó en su libro que la teoría no tiene fundamentos reales y que el característico cabello rojo de Harry proviene de la familia Spencer, la línea materna de Diana.

Recientemente, Meghan Markle ha reavivado estos rumores, al parecer, sugiriendo pruebas de ADN para poner fin a la especulación. Este intento de resolver el tema de una vez por todas podría interpretarse como un esfuerzo por eliminar cualquier duda que ensombrezca la legitimidad de Harry dentro de la familia Windsor. Sin embargo, la presión de Meghan para llevar a cabo pruebas de ADN no solo ha puesto en una situación incómoda a Harry, sino que también ha generado tensiones con otros miembros de la realeza, especialmente con el rey Carlos.

La situación ha llevado a una escalada de especulaciones en medios y redes sociales, donde la curiosidad pública sobre los detalles de la vida privada de la familia real sigue siendo insaciable. La atención mediática que rodea a Harry y Meghan ha afectado también a su relación con la monarquía británica en general. Desde que renunciaron a sus deberes reales, la pareja ha seguido provocando reacciones controvertidas, y su alejamiento se hizo aún más evidente tras la negativa del Palacio de Buckingham de permitir que Harry rindiera homenaje en el Día del Recuerdo, una tradición que él valora profundamente debido a su experiencia en el servicio militar y su papel en los Invictus Games.

Por otro lado, las tensiones no solo se limitan a Harry y Meghan, sino que se extienden también hacia su hijo Archie. Desde su nacimiento, rumores sobre la paternidad de Archie han circulado en ciertos medios sensacionalistas, afirmando incluso que pruebas de ADN habrían indicado que Harry no era el padre biológico. Estos rumores han sido categóricamente desmentidos, y medios como *GossipCop* han asegurado que dichas historias carecen de cualquier fundamento.

En medio de esta tormenta de especulaciones y tensiones, la familia real sigue enfrentando las repercusiones del rompimiento entre Harry y la monarquía. La sugerencia de Meghan sobre las pruebas de ADN, aunque podría entenderse como un intento de clarificar un tema doloroso, también plantea cuestionamientos sobre las motivaciones y sobre cómo estas tensiones familiares podrían estar relacionadas con posibles aspiraciones futuras. Así, mientras Harry y Meghan construyen un nuevo capítulo lejos de la realeza, las dinámicas familiares continúan complicándose, evidenciando una ruptura que parece cada vez más difícil de reparar.

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